Antonio Caro, Nelson González y Allen & Heath, un trío imparable. 

 La búsqueda del mejor sonido ha agrupado a distintos profesionales en el territorio mexicano y han tenido a Allen & Heath como una herramienta poderosa. El género regional mexicano ha sido uno de los beneficiados gracias a estos ingenieros de audio, dedicados y minuciosos.

Un ritmo con sonido particular. 
Nelson González y Antonio Caro tienen un tiempo trabajando juntos en esta búsqueda: “Tengo en la lndustria 20 años; empecé en una compañía que proveía equipos a varios artistas y esa fue mi escuela. Inicia como técnico de Scenario, sin saber que era un solo cable ni micrófonos y sin saber nada y trabajando con los ingenieros que saben muchísimo, de los cuales hemos aprendido siempre. Todo el tiempo fui proveedor de equipo; siempre asistía monitores y casi siempre lo mío ha sido esa parte, que es lo que más me gusta y donde he aprendido de ingenieros con mucha experiencia”. Nelson trabaja actualmente con Josi Cuen, exvocalista de la Arrolladora Banda Limón y quien se dedica a su proyecto solista. Anteriormente, el ingeniero también trabajaba con Espinoza Paz y con Alfredo Olivas, con quien en la pandemia colaboró en el estudio de grabación y en eventos privados”.
Antonio Caro también es de Guadalajara e inició con la idea de trabajar en el estudio de grabación: “En 2020, durante el confinamiento, Javier Ramírez, director musical de Vicente Fernández y productor, me dio la oportunidad de trabajar en su estudio y ahí fue donde empezamos a trabajar profesionalmente. Sacamos algunos discos en los que trabajamos e hicimos streamings en el Auditorio Telmex; de ahí salió la oportunidad de trabajar con Grupo Codiciado, Beto Vega y Alfredo Olivas. Junto a Nelson tenemos una compañía de grabaciones en vivo, no solamente de conciertos, sino para contenido digital; esto lo hacemos con consolas dLive de Allen & Heath y mezclamos con herramientas de estudio de grabación de alto nivel”.
“Aunque no cuento con tanta experiencia como Nelson, empecé trabajando con Fidel Rueda en conciertos y anteriormente con grupos versátiles y eventos sociales. Trabajé en una bodega en una empresa de renta que tenía su equipo de audio, pero que principalmente importaba equipo de iluminación y pantallas LED y después, un amigo me invitó a trabajar a un club nocturno, donde empecé a conocer consolas un poco más sofisticadas y fui conociendo gente que me involucró más en el medio. Así empecé a trabajar en eventos más grandes, como el Festival Coordenada y el Corona Capital, entregando equipo y asistiendo escenario. Este año empecé a trabajar con Los , Ariel Camacho y Los Plebes del Rancho -un proyecto del género sierreño-, con tres músicos, dos guitarras y una tuba y un show completo que va con mariachi y banda, con un input de casi 54 canales. Lo estamos trabajando con dLive de Allen & Heath”. Antonio también ha trabajado con Espinoza Paz, con también se encarga de la producción”.
¿En qué momento conocieron las consolas Allen & Heath? El primero en contestar es Nelson: “Ya había escuchado de ellas, pero no había tenido el gusto de usarlas y cuando empezamos a emplearlas nos gustaron sus funciones. El año pasado las conocí más a fondo. Me gusta mucho cómo trabaja la Avantis; me parece una consola muy cómoda para hacer nuestras escenas. Todo es touch y es muy rápido en las pantallas, más las herramientas que tiene”.

Por su parte, Antonio Caro menciona que conoció la serie dLive en una demostración en la compañía Procolor en Guadalajara hace algunos años: “De hecho, yo empezaba a trabajar con Fidel Rueda y de ahí me empezó a gustar esta serie. Cuando empezamos a hacer tour por Colombia con Espinoza Paz, allá conocí a un especialista de la marca y él me la recomendó, así que empezamos a meterla al rider y le empecé a usar en conciertos grandes en Sudamérica. Ya el año pasado, Nelson y yo invertimos en un sistema portátil que actualmente está trabajando con Los Plebes del Rancho.
Satisfacción garantizada. 
“Creo que la característica más importante de las consolas Allen & Heath es el sonido”, menciona Antonio; “además del procesamiento nativo, porque hay otras consolas muy sofisticadas con un excelente preamplificador, pero el procesamiento te queda a deber, entonces recurre a procesos externos. Son bastante prácticas y cómoda, muy intuitivas, que eso, al final de cuentas, como operador, uno tiene que estar preparado para cualquier equipo”.

“La primera consola que usé con Espinoza Paz fue una C3500 de la serie y en algunos shows empezamos a utilizar la S7000, que es la que tenemos hace dos años en el rider, tanto en sala como en monitores. Espinoza tiene cuatro años tocando en Colombia y ahí hay bastante existencia de estas mesas; de hecho,
una de las compañías más grandes de renta, llamada Línea Estratégica, este año compró dos de ellas. Considero que se ha hecho un muy buen trabajo de marketing para que la marca esté fuerte allá”.

Algo de lo más importante es que los requerimientos de Nelson y Antonio se han visto muy bien cubiertos con Allen & Heath, sobre todo en encontrar el sonido adecuado para un género como el regional mexicano. Nelson señala: “Ha sido una experiencia muy bonita, porque yo desconocía la manera en la que debería sonar este género, porque en Guadalajara había muchos conciertos de pop, rock y mariachi, y cuando entramos a trabajar con estos géneros, empezamos a tener la curiosidad por saber cómo debía sonar una banda y aprendimos que sí hay una diferencia en el país, porque en Mazatlán y Culiacán, estos ritmos suenan totalmente diferente a otros estados, entonces la base es la tambora, la tuba y la armonía y los demás instrumentos, como metales, que son muy fuertes, más la voz del artista, hacen que se tenga que competir con un buen micrófono en el escenario, porque siempre el artista está adelante de los metales y estos tienen una potencia enorme y si no se tiene un sonido adecuado, todo se mete por ese micrófono. Debemos dar el tiempo que se merece a este sonido para aprender cómo se hace”.

Al respecto, Antonio menciona: “El género sierreño es muy difícil porque integra puros instrumentos de viento y percusivos, como tarolas y timbales, que dan golpes muy atacados, así que arriba del escenario conviven 30 fuentes distintas, entre trompetas, trombones, clarinetes, tuba, tarolas, timbales, platillos y dos o tres voces más, a lo que hay que sumar la retroalimentación que pueden generar 15 monitores de piso, más el side fill y el PA, y todo eso lleva a un grupo de cosas con las que hay que estar compitiendo de inicio a fin, desde la prueba de sonido hasta que se acaba el show; es un reto grande tanto para el ingeniero de sala como el de monitores. A nosotros, lo que nos ha servido es usar monitores inalámbricos y aunque es difícil decirle al artista que es necesario invertir en ello, ofrece buenos resultados y resuelve muchas cosas. Con Espinoza Paz, así sea un input de más de 90 canales con banda, mariachi y norteño, no se utiliza ni un solo monitor de piso. Todos los músicos van con in ears, entonces requerimos salidas y es lo que nos da la dLive S7000, así como el procesamiento y su cantidad de buses. En sala, mi cantidad de grupos y matrices requeridos los resuelve esta consola, además de la calidad de sonido”.
Ir y venir con facilidad: otro enorme beneficio. 
La portabilidad es otra gran ventaja de Allen & Heath, como menciona Nelson: “Lo importante de modelos como Avantis es que es una consola compacta, que puede acomodarse entre dos personas solamente y que cabe en espacios complicados como los palenques, además de que contamos con los recursos de una red y podemos dejar la consola donde nos indiquen, estar en el escenario con un iPad y controlar desde ahí”.

Antonio agrega: “Además, la consola es muy fácil de usar, aunque como operadores, nosotros tenemos que estar preparados para cualquier cosa que ocurra. En cuanto a la portabilidad, las Wings que compramos entre Nelson y yo nos han dejado 100 por ciento satisfechos. Me puedo subir al avión con mis tres maletas y tener shows de 48 canales un fin de semana en Tijuana, otro en Chiapas y otro en Puebla y tener una gran facilidad de transporte. Tuve un show de mariachi con banda en el Auditorio Benito Juárez de Guadalajara en las fiestas de octubre con Los Plebes del Rancho y fue impresionante cómo algo tan pequeño puede llegar a sonar tan bien; con unas pantallas touch y un MixRack CDM48 estoy totalmente satisfecho. En el rider, además del sistema de audio, lo único que pide la banda es un cable de red”.
Carlos David Vite, Business Manager de Allen & Heath para Representaciones de Audio, menciona que tanto Nelson como Antonio son clientes muy cuidadosos con sus equipos: “Nelson resolvió la parte del sistema Wings en dLive, que a veces es complicada, pero lograron adaptar el sistema y Antonio ha podido explotar al máximo estas capacidades. En el caso de Nelson con Avantis, se trata de un producto que perfila fuerte, con 64 o 72 inputs y un gran nivel de procesamiento; ellos nos han enseñado cómo se debe escuchar el género regional mexicano”.

Además del CDM48 con tarjeta Dante, Nelson González y Antonio Caro cuentan con el expansor DX012 y tienen contemplado escalar al CDM64, instalar una tarjeta GigaACE, Dante y Waves: “Nos dimos cuenta de que eso sería óptimo, gracias a una renta que le hicimos a Remmy Valenzuela en un palenque de las Fiestas de octubre en Guadalajara”. En aquel entonces, el Teatro Estudio Guanamor les ayudó con sus equipos. Dicho lugar también ha servido para realizar
cursos donde se convocó a varios operadores del género.

“Cuando empezamos a platicar con Carlos David yo le platiqué mucho del ejemplo de Colombia, ya que todo el género popular, como el vallenato, tienen una impresionante cantidad de consolas Allen & Heath, desde la SQ5, SQ6 y Wings y demás. Nosotros llegábamos a festivales con Espinoza Paz, los grupos abridores nos preguntaban que necesitábamos y solamente con su consola y su microfonía sonaban sus bandas. Esto ya está pasando en México y también decidimos hacer cursos e invitar a los ingenieros del género grupero para hablarles de las ventajas de estos equipos. Lo que se trata de hacer de este lado es que podamos viajar con nuestras propias consolas y micrófonos y tocar en cualquier lugar fácilmente, con un excelente sonido”, señala Antonio.

Nelson concluye: “Somos un grupo de siete u ocho ingenieros que nos reunimos y vemos la manera de hacer los cursos de consolas, microfonía o radiofrecuencia para apoyar a las nuevas generaciones, además de poder despreocuparnos del escenario para atender al sonido y tener una buena conexión con el artista, lo que a final de cuentas se refleja en lo que ofrece al público”.


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