RBD tour: un regreso que se enciende con Allen & Heath. 

Después de 15 años de su último concierto antes de su separación y un reencuentro virtual en 2020, la banda de pop RBD se alistó para regresar a los escenarios a lo grande, en una gira que comenzó en el Sun Bowl Stadium de El paso, Texas y que incluye 43 fechas en Estados Unidos, México, Brasil y Colombia. Ante tales retos, Allen & Heath controla la mezcla en sala y ha garantizado la mejor de las experiencias sonoras.
Públicos intensos exigen un control máximo
Para este regreso multitudinario, el control del audio requería el expertise de un profesional sonoro y esta responsabilidad recayó en Mike Tapia, Desarrollador de Mercado de Allen & Heath en Representaciones de Audio y que funge como ingeniero de sala de RBD, donde asegura que todos los elementos en el escenario ocupen su lugar en la mezcla.

“Esta gira empezó con bombo y platillo”, comienza Mike, “es impresionante la convocatoria del grupo y los gritos que se escuchan en los recintos. Por razones de logística, esta gira empezó en Estados Unidos, continuaremos a Sudamérica en octubre y estaremos en México en noviembre y hasta fin de año. Es sorprendente ver la reacción del público en países como Brasil, donde hay muchísimo entusiasmo por verlos”.
Como ingeniero de sala, Mike está utilizando una consola Allen & Heath dLive S7000, que fue provista por Clair Global: “Envié la configuración de cómo quería el equipo y aunque no pudimos llegar para revisar este punto, no hubo ningún problema. El rack se armó como había solicitado”.

La configuración
Los ensayos para el tour de RBD se hicieron en Los Angeles, donde se montó el equipo y el crew de audio se dedicó a programar cada canción con sus respectivos cambios, muteando canales y probando ecualizaciones, efectos y niveles diferentes. De ahí nacieron los ajustes que actualmente se emplean en la gira.

Al ser 72 canales los utilizados en la mezcla de RBD (solamente para batería y percusión se usan 40 ), la configuración que Mike tiene es un Mix Rack DM64 y un DX32 Expander con entradas Prime. “En estos preamps tengo 32 entradas a 32 bits, que están distribuidas entre batería, algunos canales de percusión, guitarras y bajo, más las voces de los chicos y los coros”, explica. “Eso es el Mix Rack en sala y viene la redundancia obviamente desde ahí, además está corriendo un cable desde el network del rack y hacia mi consola a una computadora grande que tenemos, para que en el caso de alguna contingencia, ésta actúe como una superficie de control, para que no se pierda el hilo del show”.
Por otra parte, en la S7000, el DX32 cuenta con una tarjeta AES para hacer inserciones de un noise supresor: “Esta herramienta es muy inteligente y minimiza el ruido de fondo de los gritos del público, ya que hay una pasarela muy grande en el PA y lo uso para controlar algún problema de retroalimentación que surja. Las entradas y salidas Prime las tengo también porque hay un Master Buss de Neve insertado en el L y R, justo para dar una masterización final y además, de la salida de la consola están saliendo 32 bits por las salidas Prime dentro del DX32, distribuido en el L R, front fill, subwoofers y delays y van saliendo por ahí hacia el control de Clair, y ellos distribuyen la señal hacia el PA. Estoy saliendo análogo a 32 bits y realmente el sistema está sonando excelente”, explica Mike. Además, los shows se están grabando con una tarjeta Waves para contar con referencias para la función virtual soundcheck. Se graban 71 canales y pueden registrarse hasta 128.
“También estoy usando una tarjeta Waves para grabar y todo el sistema nativo Deep Processing de Allen & Heath. No estoy usando plug ins porque tengo hardware como el Master Buss de Neve. Algo muy bueno fue que previo a comenzar la gira en Estados Unidos, con Carlos Vite -Business Manager de la marca en Representaciones de Audio-, hicimos pruebas, sobre todo de ruteo. Todas las voces tienen un grupo independiente y cada uno tiene ecualizador gráfico y paramétrico, más un Dyn-8 tirando hacia los agudos, sobre todo para el control, porque las pasarelas en el PA son muy peligrosas, sobre todo con cinco micrófonos abiertos a un volumen muy alto”, comenta Mike.
“Con esto hay que tener mucho cuidado. Estos cinco subgrupos de las voces van a otro bus, al que llamé Vocal Bus; en la configuración del L y R se encuentran las pestañas con ese nombre y hay una que se llama External input, donde se puede añadir lo que se quiera, desde auxiliares, entradas o periféricos y demás, así que lo que hice fue que envié estas cinco voces a esa matriz, para que tengan mucho control. Todo esto es genial y además están las emulaciones de compresión paralela, que están en todas las entradas. Aparte hice unos canales para Chris, el técnico de RF, que ha trabajado con Paul McCartney y Harry Styles. Tenemos un crew de primer nivel”.

Hasta ahora, una sola modificación al ajuste principal que ha realizado Mike es que aparte de la compresión paralela nativa, armó otra más en los canales: “Si bien durante los primeros shows me di cuenta de que las voces se entendían bien, sentí que hacía falta un poco más, entonces intenté con otra compresión y además cambié en el bus donde están todas las voces por un 1176, que también es parte de los compresores nativos. Además, al tener tantos canales, hubo más subgrupos de batería para tener más control sobre ella: hay subgrupos de bombos y tarolas, hi hats y overheads y otro que tiene toms”.

Para el control del ruido ambiental, Mike Tapia hace lo siguiente: “Para manejar los gritos del público, lo que hacemos es que en cada show yo pongo los micrófonos hasta adelante, sin la banda tocando y tiro el virtual soundcheck con la presión que tengo en el concierto. Posteriormente los saco de ahí para que estén captando el sonido del PA, más todo el room que hay y demás, y empiezo a subir poco a poco este bus, tal vez unos 3 dB más, para forzar los cinco micrófonos, por si llega a aparecer algo y se pueda quitar. Por eso es muy importante la función de virtual soundcheck; es muy importante que las voces se entiendan, porque a veces los gritos no dejan. Hemos llegado a 108 dBA”.
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